miércoles, 5 de noviembre de 2014

Aportación Voluntaria

Iñaqui Belanche

Conversando con familiares cercanos hace unos días, terminamos por pasar revista a los distintos aspectos del día a día que afrontamos como padres.  El inicio del curso y el colegio fue uno de los temas estrella, ya ven qué originales somos.
 
Pero hay algo que llamó mi atención.  Nuestros primos llevan a sus hijos a colegios religiosos, enseñanza privada concertada.  Hasta aquí nada nuevo bajo el sol que cada uno es muy libre de elegir la opción educativa que más le convence según su religión.  Lo que me dejó estupefacto fue la “aportación voluntaria”.  Esos 33€ mensuales para pagar una hora extra por la mañana dedicada a actividades complementarias y extraescolares, a las que tienes que apuntarte sí o sí y esos 30 € mensuales dedicados a …. no se sabe qué.  Me pareció una forma de mordida institucionalizada, porque no te pueden obligar a pagar en los estudios de educación primaria y enseñanza obligatoria, ya que el estado, la comunidad autónoma, sus impuestos y los de tod@s nosotr@s cubren esas plazas abonando un dinero a estos centros mediante un concierto entre las partes.  Es una forma de quitarse de en medio a las familias con menos recursos económicos, con familias desestructuradas por problemas de convivencia o dependencias varias, a la gente inmigrante, a las minorías étnicas … que terminan siendo escolarizadas en la enseñanza pública que acoge a todo el mundo por igual.  En fin, una manera muy cristiana y muy caritativa de entender la enseñanza, que es lo que predicaba Jesús nuestro señor.
 
La denominada Operación Púnica, ha destapado una trama en la que dirigentes del PP madrileño cobraban un 3 % en comisiones ilegales a cambio de adjudicar a empresas contratos públicos.  ¿No será este un caso también de “aportaciones voluntarias” en las que los empresarios daban unos dineros a fondo perdido a cambio de verse favorecidos en las adjudicaciones de distintos servicios públicos?
 
Ya ven, se empieza aportando desde la más tierna infancia y acaba uno pensando que tiene la bendición católica para seguir demandando aportaciones a lo largo de toda la vida. 
 
 Jesús, qué cosas!!

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